Introducción
Pierre Teilhard de Chardin (1881-1955), religioso, paleontólogo y filosofo
francés, miembro de la orden jesuita, escribió: “No
es usted un humano que vive una experiencia Espiritual, sino un ser Espiritual
que vive una experiencia humana”. Al igual Sri Aurobindo (1872-1950),
refiere en sus reflexiones que: “el hombre solo
puede despertar a su realidad espiritual, porque el elemento espiritual no es
una entidad distinta o separada de él”.
Rescato estas dos reflexiones porque
estoy seguro de que vibran en el corazón de cada ser humano, y a pesar de que
todo señala fatalidad y nos quieren hacer creer que estamos perdidos... ¡NO
creo que sea así! SOMOS SERES ESPIRITUALES, SOMOS SERES DE LUZ...
nuestra evolución señala hacia la luz.
Siento que nos estamos ahogando en un
vaso de agua, la realidad material, que según los físicos quánticos es solo un
3% de la realidad total, nos esta absorbiendo totalmente... nos hemos convertido
en seres totalmente racionales. No somos así, somos seres SENSIBLES E
INTUITIVOS, somos seres DIVINOS... somos DIVINOS, porque nuestro origen es
DIVINO.
No podemos tapar el sol con un dedo,
pero lo estamos haciendo y lo hacemos cada vez que la realidad material nos
obnubila y no nos permite ver el otro 97% de nuestra realidad... esto, cada vez
que caemos en depresión, síndrome de pánico, fatiga crónica, gastritis... por
el estrés causado por el día a día,
las cuentas por pagar, el trabajo, la familia, nuestro estilo de vida, etc.
¿Por qué creen que la gente busca tanta
información sobre auto-ayuda, espiritualidad, tradiciones religiosas orientales
y occidentales, antiguas y modernas...? Porque sentimos la necesidad imperiosa
de despertar a nuestra realidad ESPIRITUAL... pero no tenemos tiempo, estamos
muy ocupados con nuestro hacer diario, ¡el día a día sabes!.
Lo triste es que el que se interesa, se
comporta como si estuviera llegando tarde al encuentro: muy interesante toda la
información pero como que esto es para los religiosos no para mí, ¿Será que
para algunos efectivamente es demasiado tarde? o ¿Será que nos hemos alejado
tanto de nuestro sentido de existencia que nos está costando reconocerlo?
Siento que nos hemos entretenido tanto
con la realidad material (los antiguos taoístas lo denominaban: la seducción de
los sentidos) que lo sutil, lo espiritual se nos ha hecho muy ajeno. Incluso el
que está entregado a alguna creencia religiosa, tiende a hacerlo de forma muy
racional... trataré de ilustrar esta última idea con un chiste que me contaron
recientemente:
“Le piden a un sacerdote que oficie una
misa para que llueva. El día de la misa todos los interesados acuden muy
arregladitos y bien vestidos a la iglesia. El sacerdote inicia la misa y
comenta: Nos encontramos aquí reunidos para realizar una misa para que
llueva... pero hay algo que me llama la atención: nadie trajo paraguas”...
Nuestra fe no puede ser una
fe automática, tradicional o de costumbre, debe ser CONCIENTE e INTELIGENTE.
Debemos rescatar nuestra vivencia
espiritual igual que aquel que quiere aprender algo o ser bueno en algo... con
disciplina, organización y perseverancia. Al igual que el artista lleva su arte
dentro, y el buen deportista tiene la tendencia o el don en su interior... si
no se concentra en su objetivo, pierde su habilidad, don o virtud. Así también
si descuidamos nuestra realidad espiritual y no la cultivamos con diligencia y
lucidez, nos pareceremos más a un mono que a un ser humano.
Evolución
del hombre
Pierre Teilhard
de Chardin y Sri Aurobindo,
afirmaban que la evolución no era arbitraria sino que avanzaba en una dirección
con un propósito. Estos pensadores sostuvieron que el curso de la vida desde
los organismos primitivos hasta los animales y vegetales más complejos tiene un
propósito; que los
seres humanos no son accidentes de la naturaleza y que nuestra evolución
social, incluido nuestro viaje hacia las dimensiones superiores de la experiencia
espiritual (tercer estado de la Vida), es el resultado al cual apunta toda la
evolución.
“El logro del amor (En su
origen-vital la ley del amor es el impulso de realizarse y lograrse uno mismo
en los demás y por los demás, de enriquecerse enriqueciendo, de poseer y ser
poseído, pues sin ser poseído no se posee uno mismo por completo) apunta
a un desarrollo más allá de este tercer estado de la Vida. Este tercer
estado es una condición en la que progresivamente nos elevamos más allá de la
lucha por la vida consistente en devorarse mutuamente y en la supervivencia de
los más aptos para esa lucha; pues cada vez
hay más supervivencia por mutua ayuda y auto-perfeccionamiento mediante
adaptación mutua, intercambio y fusión. La
Vida es autoafirmación de ser, incluso desarrollo y supervivencia
del ego, pero de un ser que ha necesitado de otros seres, un ego que procura
encontrar e incluir otros egos y ser incluido en la vida de éstos. Los individuos y los
agregados (grupos de individuos), que desarrollan primordialmente la ley de
asociación y la ley de amor, de ayuda común, bondad, afecto, camaradería,
unidad, que armonizan más exitosamente la supervivencia y mutua auto-entrega,
el grupo que incrementa al individuo y viceversa, y el individuo que incrementa
al individuo y el grupo que hace lo propio con otro grupo, mediante intercambio
mutuo, serán los más aptos para la supervivencia en este estado terciario de la
evolución.
Si los datos con que hemos partido son correctos, el
fin del camino, la meta misma, sólo puede ser alcanzada por la Mente yendo más allá de sí
misma, dado que ella (la Mente )
es instrumento primeramente para el descenso en la forma y la individualidad, y
secundariamente para el re-ascenso a la realidad que la forma corporizada y la
individualidad representan. Por lo tanto, la solución perfecta del problema de la Vida debe llegar por un
cuarto estado, en el que la eterna unidad de los muchos se realiza a través del
espíritu y el fundamento consciente de todas las operaciones de la vida no
estriba más en la división del cuerpo, ni en las pasiones y hambres de la
vitalidad, ni en las agrupadoras e imperfectas armonías de la mente, ni en una
combinación de todos estos, sino en la unidad y libertad del Espíritu”.
Sri Aurobindo
Tanto Vladimir
Vernadsky (1863-1945) geoquímico ruso, como Teilhard de Chardin, señalaron que cuando la biosfera llegara a
un estado crítico,
ésta iba a
crear la posibilidad de un cambio
evolutivo para el ser humano. Vamos a cambiar
de la Biosfera a la Noosfera: La
biosfera es la capa de vida en el planeta y la noosfera es la capa mental alrededor del
planeta.
Según el filósofo Sir
Julián Huxley, quien contribuyó a introducir el trabajo de Teilhard de Chardin: “le preocupaba profundamente establecer una
unificación global de la conciencia humana como requisito previo necesario para
cualquier progreso real futuro de la humanidad...”Al teorizar
sobre el desarrollo de la conciencia humana, el Padre Teilhard visualizó la superficie de la esfera terrestre como un tejido
organizador que permite que las ideas se encuentren entre sí, generando un alto
nivel de energía psicosocial.
Para él, la
humanidad se desarrollaba en una sola unidad psicosocial, con un solo fondo
colectivo de pensamiento, parecido a una cabeza común, que forjaba una nueva
vía evolutiva. Las condiciones para este avance de la realización de la
humanidad son “la unidad global de la organización
noética o sistema de conciencia de la humanidad, pero con un alto grado de variedad
dentro de esa unidad; amor, con buena voluntad y plena cooperación, integración
personal y armonía interna, y creciente conocimiento”. La vida “por su estructura misma, habiendo sido
elevada a su estadio de pensamiento, no puede seguir adelante sin exigir
ascender cada vez más alto”.
Según la teoría de Sheldrake de la resonancia mórfica
cuantos más
individuos (masa crítica) empiecen a elevar sus niveles de conciencia, más
fuerte será el campo morfogenético para los estados más elevados y más fácil
que otros avancen en esa dirección... cuando se produce un cambio en un sistema o
especie en una parte del mundo, el cambio puede afectar a sistemas y especies
semejantes en cualquier otra parte del mundo sin limitaciones de tiempo o
espacio.
Creo que hay
motivos suficientes que incitan al cambio y cada vez hay más seres apostando
por él... aunque estén sucediendo cosas muy desesperanzadoras, debemos
concentrarnos en las cosas buenas que están sucediendo -¡que no son pocas!-, y
en nuestras posibilidades como SERES DIVINOS,... la única manera para que
nuestra evolución no siga el curso predestinado, es si nos negamos a el... “ese
es el juego de nuestro libre albedrío”.