por Satish Kumar
Resulta fácil sentirse
impotente al vivir a la sombra de los intereses políticos, consumistas y
empresariales que ejercen semejante poder rajásico sobre nuestras vidas y sobre
el entorno. Cuando nos preocupamos por la situación en que se encuentra el
mundo natural, instintivamente surgen en nosotros determinadas preguntas: «¿Qué
puedo hacer? ¿Cómo puedo introducir cambios? ¿Cómo conseguir que se escuche mi
voz? ¿Cómo puedo llevar una vida sátvica?».
La respuesta de Mahatma
Gandhi fue muy sencilla y directa: «Sé el cambio que quieres ver en el mundo».
Si no existe un cambio personal, la transformación política y empresarial
seguirá siendo superficial e inadecuada. Está claro que sin que medie la acción
individual esos cambios mayores nunca tendrán lugar. El cambio político sólo
llegará cuando haya un gran número de personas que empiecen a practicar lo que
creen. Cuando haya un mar de fondo de opinión lo bastante grande, cuando haya
muchas personas actuando desde la base, los gobiernos se verán obligados a
promulgar nuevas leyes y a forzar transformaciones de arriba abajo.
Éste es mi programa de
once puntos para la acción sátvica. Todos nosotros podemos empezar a vivir en
nuestra comunidad los valores sátvicos. Todos podemos dar esos pocos pasos
sencillos para combatir los valores rajásicos del consumismo, abordar el
problema del calentamiento global y empezar a vivir una vida llena de alegría.
1. Cambiar nuestra actitud
Nuestra cultura
industrial se centra en el ser humano y es utilitaria. Valoramos la naturaleza
por la utilidad que tiene para nosotros. Si queremos tener un futuro
sostenible, hemos de cambiar este punto de vista. Hemos de admitir que toda
vida tiene valor intrínseco. Sin cambiar nuestra actitud personal hacia el
mundo natural no podremos obtener un estilo de vida sátvico y sostenible. En
lugar del cálculo utilitario, necesitamos un paradigma del mundo reverente,
respetuoso. Entonces destruiremos, envenenaremos y mataremos menos, y
protegeremos, respetaremos y celebraremos más.
2. Vivir con sencillez
Tener un alto nivel de
vida —medido por el dinero y las posesiones materiales— se ha convertido en la
finalidad de la sociedad moderna. Para llevar una vida respetuosa con el
entorno hemos de orientarnos hacia la calidad de vida. Dicho de una forma más
directa: hemos de empezar a vivir con mayor sencillez, de modo que otros
puedan, sencillamente, vivir. Cualquier necio puede complicarse la vida; hace
falta inteligencia para simplificarla.
3. Consumir menos
Hace cincuenta años la
población mundial era de tres mil millones de personas. Ahora se ha duplicado,
y los seres humanos, con el índice de consumo actual, excedemos la capacidad de
la Tierra, algo por lo que tendremos que asumir una responsabilidad personal.
Un occidental consume cincuenta veces más que una persona del Tercer Mundo;
esto, en la práctica, significa que la población occidental se multiplica por
cincuenta. Por tanto, debes vivir con más sobriedad, tomando de la naturaleza
sólo lo que haga falta, de modo que dejes una huella menor en el mundo. «En el
mundo hay suficiente para las necesidades de todos, pero no para la codicia de
nadie», dijo Mahatma Gandhi.
4. No derrochar
Derrochar es un pecado
contra la naturaleza, una maldición de la vida moderna y una cualidad tamásica
de primer orden. Cada día se arrojan al mundo natural millones de toneladas de
desperdicios, algo que el mundo no puede asimilar. La montaña de cocinas,
lavadoras, neveras, ordenadores y televisores crece seis millones de toneladas
al año, un índice que se calcula que se duplicará en 2010; la mayor parte acaba
enterrado, desperdiciando recursos y creando riesgos para la salud y para el
medio ambiente. Millones de botellas y de bolsas de plástico atascan y asfixian
los ecosistemas, contaminando ríos y océanos. Por tanto, usar objetos de segunda
mano, reparar y reciclar deben considerarse grandes virtudes sátvicas. Un paso
muy sencillo consiste en reutilizar las bolsas de plástico, o llevar una bolsa
de tela cuando vamos de compras. Otro es redescubrir la vieja máxima
«arréglatelas y arregla», resistiéndonos a la tentación de reemplazar los
utensilios (cocinas y aparatos viejos) y los muebles cuando los viejos aún
puedan ser de utilidad. Al hacerlo, contrarrestaremos el consumismo.
5. No usar productos perjudiciales
Cuando limpiemos la casa
y lavemos la ropa, usemos productos biológicos, que no contaminen el medio
ambiente. Al edificar, elaborar prendas de vestir y muebles, demos preferencia
a los materiales naturales y locales.
6. Caminar
Nuestras vidas se han
vuelto dependientes de los coches, incluso para cubrir distancias cortas. La
falta de ejercicio fomenta la obesidad y la mala salud. Vivimos en casas, nos
desplazamos en coches y trabajamos en oficinas; apenas entramos en contacto con
el mundo natural. Pero si no conocemos, no vemos y no experimentamos la
naturaleza, ¿cómo podremos amarla? Y si no amamos la naturaleza, ¿cómo podremos
protegerla? Por tanto, pasear en la naturaleza, dedicar unas vacaciones al
senderismo o ir andando al trabajo pueden ser vías de acceso real a la vida sátvica.
7. Hacer el pan
Gandhi defendía la
elaboración en casa de las prendas de vestir, hilando y tejiendo, como una
forma de desafiar al consumismo, entroncarnos en la tradición y proclamar las
virtudes de la simplicidad. Para nosotros, hacer nuestro propio pan puede
cumplir el mismo propósito.
8. Meditar
Nuestras vidas son
demasiado ajetreadas y estresantes. La presión del trabajo, la búsqueda del
éxito, la sed de prosperar, el exceso de información… todo esto aumenta nuestro
nivel de estrés. Para recuperar el equilibrio, hemos de tomarnos algún tiempo
durante el día para renovarnos, para desarrollar nuestra alma, para
reflexionar, para dedicarnos a la creatividad y para mantener una relación
correcta con el mundo natural, de modo que podamos desarrollarnos y crecer.
Cada día, durante al menos media hora, necesitamos estar solos, en calma y en
silencio, para que el resto del día se fundamente en la tranquilidad sátvica.
9. Trabajar menos
A pesar de la
producción en masa, la industrialización, la automatización y la mecanización,
padecemos un exceso de trabajo y a menudo estamos agotados. Con demasiada
frecuencia, cuando la gente vuelve a casa del trabajo no tiene fuerzas más que
para sentarse delante del televisor. A pesar de nuestra riqueza y de nuestro
crecimiento económico sin precedentes, nuestro trabajo nos esclaviza. Para
gozar de un futuro sostenible hemos de trabajar menos, hacer menos, gastar
menos y ser más. Reduzcamos el ritmo y vayamos más lejos. Espontáneamente
nacerán relaciones personales, celebraciones y alegría. La vida sostenible es
una vida gozosa. El sistema actual de deudas, pago de hipotecas y otras
obligaciones nos lleva a trabajar más, pero si fuéramos conscientes, podríamos
rediseñar nuestras vidas para crear un mejor equilibrio entre el trabajo y la
vida. ¡Querer es poder!
10. Estar informados
Nadie puede trazarte un
plano detallado para llevar una vida sátvica; cada uno de nosotros debe
desarrollar sus propias ideas. Pero podemos basarnos en todos las nuevas ideas
en este campo. Hay libros, revistas y cursos que pueden ayudarnos. Encontremos
momentos para estudiar.
11. Organizarse
Los intereses creados
siempre encontrarán un modo de engañar a las personas y de buscar unos
beneficios y un poder que perjudican al mundo. Por tanto, hemos de estar
despiertos y alerta, y denunciar los actos explotadores de los poderosos:
¡digamos la verdad a quien ostenta el poder! Pero esas protestas no pueden ser
individuales; hemos de solidarizarnos con las organizaciones que luchan por un
futuro sostenible. Elige una organización que encaje con tu forma de ser y
colabora con tu comunidad local. Forma un grupo local e interésate en la
política local, organiza, expresa y comparte tus inquietudes con otros.
LA
PARADOJA DE NUESTRO TIEMPO
Tenemos casas más grandes, pero familias más
pequeñas;
Más comodidades pero menos tiempo.
Tenemos más títulos, pero menos sentido común;
Más conocimientos, pero menos criterio;
Más medicinas, pero menos salud.
Hemos ido a la Luna y hemos vuelto,
pero nos cuesta cruzar la calle para conocer a los nuevos vecinos.
Hemos construido ordenadores que almacenan más información
para reproducirla más que nunca,
pero gozamos de menos comunicación.
Nos hemos excedido en cantidad,
quedándonos cortos en calidad.
Es la era de la comida rápida y la digestión lenta;
De hombres altos pero de poco carácter;
De los grandes beneficios y las relaciones superficiales.
Es la era en que hay mucho en el escaparate,
Pero nada en el interior.
Satish Kumar es Presidente de Schumacher
UK,
Editor de la revista Resurgence y
Director de Programas en Schumacher
College
Las gunas son
las tres cualidades de las que está compuesto el universo:
Satwa: bondad contemplativa, inteligencia
Rajas: pasión activa, energía y
Tamas: ignorancia inerte.
1. Cambiar nuestra actitud
2. Vivir con sencillez
3. Consumir menos
4. No derrochar
5. No usar productos perjudiciales
6. Caminar
7. Hacer el pan
8. Meditar
9. Trabajar menos
10. Estar informados
11. Organizarse
Las gunas son
las tres cualidades de las que está compuesto el universo:
Satwa: bondad contemplativa, inteligencia