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miércoles, enero 27, 2016

Once puntos para la acción sátvica

por Satish Kumar

Resulta fácil sentirse impotente al vivir a la sombra de los intereses políticos, consumistas y empresariales que ejercen semejante poder rajásico sobre nuestras vidas y sobre el entorno. Cuando nos preocupamos por la situación en que se encuentra el mundo natural, instintivamente surgen en nosotros determinadas preguntas: «¿Qué puedo hacer? ¿Cómo puedo introducir cambios? ¿Cómo conseguir que se escuche mi voz? ¿Cómo puedo llevar una vida sátvica?».
La respuesta de Mahatma Gandhi fue muy sencilla y directa: «Sé el cambio que quieres ver en el mundo». Si no existe un cambio personal, la transformación política y empresarial seguirá siendo superficial e inadecuada. Está claro que sin que medie la acción individual esos cambios mayores nunca tendrán lugar. El cambio político sólo llegará cuando haya un gran número de personas que empiecen a practicar lo que creen. Cuando haya un mar de fondo de opinión lo bastante grande, cuando haya muchas personas actuando desde la base, los gobiernos se verán obligados a promulgar nuevas leyes y a forzar transformaciones de arriba abajo. 
Éste es mi programa de once puntos para la acción sátvica. Todos nosotros podemos empezar a vivir en nuestra comunidad los valores sátvicos. Todos podemos dar esos pocos pasos sencillos para combatir los valores rajásicos del consumismo, abordar el problema del calentamiento global y empezar a vivir una vida llena de alegría.

1. Cambiar nuestra actitud
Nuestra cultura industrial se centra en el ser humano y es utilitaria. Valoramos la naturaleza por la utilidad que tiene para nosotros. Si queremos tener un futuro sostenible, hemos de cambiar este punto de vista. Hemos de admitir que toda vida tiene valor intrínseco. Sin cambiar nuestra actitud personal hacia el mundo natural no podremos obtener un estilo de vida sátvico y sostenible. En lugar del cálculo utilitario, necesitamos un paradigma del mundo reverente, respetuoso. Entonces destruiremos, envenenaremos y mataremos menos, y protegeremos, respetaremos y celebraremos más. 

2. Vivir con sencillez
Tener un alto nivel de vida —medido por el dinero y las posesiones materiales— se ha convertido en la finalidad de la sociedad moderna. Para llevar una vida respetuosa con el entorno hemos de orientarnos hacia la calidad de vida. Dicho de una forma más directa: hemos de empezar a vivir con mayor sencillez, de modo que otros puedan, sencillamente, vivir. Cualquier necio puede complicarse la vida; hace falta inteligencia para simplificarla. 

3. Consumir menos
Hace cincuenta años la población mundial era de tres mil millones de personas. Ahora se ha duplicado, y los seres humanos, con el índice de consumo actual, excedemos la capacidad de la Tierra, algo por lo que tendremos que asumir una responsabilidad personal. Un occidental consume cincuenta veces más que una persona del Tercer Mundo; esto, en la práctica, significa que la población occidental se multiplica por cincuenta. Por tanto, debes vivir con más sobriedad, tomando de la naturaleza sólo lo que haga falta, de modo que dejes una huella menor en el mundo. «En el mundo hay suficiente para las necesidades de todos, pero no para la codicia de nadie», dijo Mahatma Gandhi.

4. No derrochar
Derrochar es un pecado contra la naturaleza, una maldición de la vida moderna y una cualidad tamásica de primer orden. Cada día se arrojan al mundo natural millones de toneladas de desperdicios, algo que el mundo no puede asimilar. La montaña de cocinas, lavadoras, neveras, ordenadores y televisores crece seis millones de toneladas al año, un índice que se calcula que se duplicará en 2010; la mayor parte acaba enterrado, desperdiciando recursos y creando riesgos para la salud y para el medio ambiente. Millones de botellas y de bolsas de plástico atascan y asfixian los ecosistemas, contaminando ríos y océanos. Por tanto, usar objetos de segunda mano, reparar y reciclar deben considerarse grandes virtudes sátvicas. Un paso muy sencillo consiste en reutilizar las bolsas de plástico, o llevar una bolsa de tela cuando vamos de compras. Otro es redescubrir la vieja máxima «arréglatelas y arregla», resistiéndonos a la tentación de reemplazar los utensilios (cocinas y aparatos viejos) y los muebles cuando los viejos aún puedan ser de utilidad. Al hacerlo, contrarrestaremos el consumismo.

5. No usar productos perjudiciales
Cuando limpiemos la casa y lavemos la ropa, usemos productos biológicos, que no contaminen el medio ambiente. Al edificar, elaborar prendas de vestir y muebles, demos preferencia a los materiales naturales y locales.

6. Caminar
Nuestras vidas se han vuelto dependientes de los coches, incluso para cubrir distancias cortas. La falta de ejercicio fomenta la obesidad y la mala salud. Vivimos en casas, nos desplazamos en coches y trabajamos en oficinas; apenas entramos en contacto con el mundo natural. Pero si no conocemos, no vemos y no experimentamos la naturaleza, ¿cómo podremos amarla? Y si no amamos la naturaleza, ¿cómo podremos protegerla? Por tanto, pasear en la naturaleza, dedicar unas vacaciones al senderismo o ir andando al trabajo pueden ser vías de acceso real a la vida sátvica.

7. Hacer el pan
Gandhi defendía la elaboración en casa de las prendas de vestir, hilando y tejiendo, como una forma de desafiar al consumismo, entroncarnos en la tradición y proclamar las virtudes de la simplicidad. Para nosotros, hacer nuestro propio pan puede cumplir el mismo propósito.

8. Meditar
Nuestras vidas son demasiado ajetreadas y estresantes. La presión del trabajo, la búsqueda del éxito, la sed de prosperar, el exceso de información… todo esto aumenta nuestro nivel de estrés. Para recuperar el equilibrio, hemos de tomarnos algún tiempo durante el día para renovarnos, para desarrollar nuestra alma, para reflexionar, para dedicarnos a la creatividad y para mantener una relación correcta con el mundo natural, de modo que podamos desarrollarnos y crecer. Cada día, durante al menos media hora, necesitamos estar solos, en calma y en silencio, para que el resto del día se fundamente en la tranquilidad sátvica.

9. Trabajar menos
A pesar de la producción en masa, la industrialización, la automatización y la mecanización, padecemos un exceso de trabajo y a menudo estamos agotados. Con demasiada frecuencia, cuando la gente vuelve a casa del trabajo no tiene fuerzas más que para sentarse delante del televisor. A pesar de nuestra riqueza y de nuestro crecimiento económico sin precedentes, nuestro trabajo nos esclaviza. Para gozar de un futuro sostenible hemos de trabajar menos, hacer menos, gastar menos y ser más. Reduzcamos el ritmo y vayamos más lejos. Espontáneamente nacerán relaciones personales, celebraciones y alegría. La vida sostenible es una vida gozosa. El sistema actual de deudas, pago de hipotecas y otras obligaciones nos lleva a trabajar más, pero si fuéramos conscientes, podríamos rediseñar nuestras vidas para crear un mejor equilibrio entre el trabajo y la vida. ¡Querer es poder!

10. Estar informados
Nadie puede trazarte un plano detallado para llevar una vida sátvica; cada uno de nosotros debe desarrollar sus propias ideas. Pero podemos basarnos en todos las nuevas ideas en este campo. Hay libros, revistas y cursos que pueden ayudarnos. Encontremos momentos para estudiar.

11. Organizarse
Los intereses creados siempre encontrarán un modo de engañar a las personas y de buscar unos beneficios y un poder que perjudican al mundo. Por tanto, hemos de estar despiertos y alerta, y denunciar los actos explotadores de los poderosos: ¡digamos la verdad a quien ostenta el poder! Pero esas protestas no pueden ser individuales; hemos de solidarizarnos con las organizaciones que luchan por un futuro sostenible. Elige una organización que encaje con tu forma de ser y colabora con tu comunidad local. Forma un grupo local e interésate en la política local, organiza, expresa y comparte tus inquietudes con otros. 

LA PARADOJA DE NUESTRO TIEMPO
Tenemos casas más grandes, pero familias más pequeñas; 
Más comodidades pero menos tiempo. 
Tenemos más títulos, pero menos sentido común; 
Más conocimientos, pero menos criterio; 
Más medicinas, pero menos salud. 
Hemos ido a la Luna y hemos vuelto, 
pero nos cuesta cruzar la calle para conocer a los nuevos vecinos. 
Hemos construido ordenadores que almacenan más información 
para reproducirla más que nunca, 
pero gozamos de menos comunicación. 
Nos hemos excedido en cantidad, 
quedándonos cortos en calidad. 
Es la era de la comida rápida y la digestión lenta; 
De hombres altos pero de poco carácter; 
De los grandes beneficios y las relaciones superficiales. 
Es la era en que hay mucho en el escaparate, 
Pero nada en el interior.


Satish Kumar es Presidente de Schumacher UK,
Editor de la revista Resurgence y
Director de Programas en Schumacher College


Las gunas son las tres cualidades de las que está compuesto el universo:

Satwa: bondad contemplativa, inteligencia
Rajas: pasión activa, energía y
Tamas: ignorancia inerte.