Dudo que haya algún médico que
pueda contestar a esta pregunta en términos generales, ya que el sentido de la
vida difiere de un hombre a otro, de un día para otro, de una hora a otra hora.
Así pues, lo que importa no es el sentido de la vida en términos generales,
sino el significado concreto de la vida de cada individuo en un momento dado.
Plantear la cuestión en términos generales puede equipararse a la pregunta que
se le hizo a un campeón de ajedrez: "Dígame, maestro, ¿cuál es la mejor
jugada que puede hacerse?" Lo que ocurre es, sencillamente, que no hay
nada que sea la mejor jugada, o una buena jugada, si se la considera fuera de
la situación especial del juego y de la peculiar personalidad del oponente. No
deberíamos buscar un sentido abstracto a la vida, pues cada uno tiene en ella
su propia misión que cumplir; cada uno debe llevar a cabo un cometido concreto.
Por tanto ni puede ser reemplazado en la función, ni su vida puede repetirse;
su tarea es única como única es su oportunidad para instrumentarla.
Como quiera que toda situación vital representa un
reto para el hombre y le plantea un problema que sólo él debe resolver, la
cuestión del significado de la vida puede en realidad invertirse. En última
instancia, el hombre no debería indagar cuál es el sentido de la vida, sino
comprender que es a él a quien
se indaga. En una palabra, a cada hombre se le pregunta por la vida y
únicamente puede responder a la vida respondiendo
por su propia vida; sólo siendo responsable puede dar una respuesta
a la vida. De modo que la esencia íntima de la existencia humana está en su
capacidad de ser responsable.
El sentido
del amor
El amor constituye la
única manera de aprehender a otro ser humano en lo más profundo de su
personalidad. Nadie puede ser totalmente conocedor de la esencia de otro ser
humano si no le ama. Por el acto espiritual del amor se es capaz de ver los
trazos y rasgos esenciales en la persona amada; y lo que es más, ver también
sus potencialidades: lo que todavía no se ha revelado, lo que ha de mostrarse.
Todavía más, mediante su amor, la persona que ama posibilita al amado a que
manifieste sus potencias. Al hacerle consciente de lo que puede ser y de lo que
puede llegar a ser, logra que esas potencias se conviertan en realidad.
El amor es un fenómeno
tan primario como pueda ser el sexo. Normalmente el sexo es una forma de
expresar el amor. El sexo se justifica, incluso se santifica, en cuanto que es
un vehículo del amor, pero sólo mientras éste existe. De este modo, el amor no
se entiende como un mero efecto secundario del sexo, sino que el sexo se ve
como medio para expresar la experiencia de ese espíritu, de fusión total y
definitivo, que se llama amor.
Viktor Emil Frankl, (1905 - 1997, Viena, Austria) fue un neurólogo
y psiquiatra
austriaco,
fundador de la Logoterapia.
Sobrevivió desde 1942 hasta 1945 en varios campos de concentración nazis, incluidos Auschwitz y Dachau, pero tanto su esposa como
sus padres fallecieron en los campos de concentración.