Datos personales

Mi foto
Responsable: Dr. Alfons Endres. Email: alfonsendres10@gmail.com y alfons_endres@hotmail.com Teléfono: (+58)04128620515 Todos los temas aquí expuestos son de mi autoría, a menos que se especifique lo contrario.

viernes, julio 03, 2015

El nombre de Dios

Introducción
Esta parte del mundo, está fuertemente influenciada por la cultura Judeo-Cristiana,  credo que es a su vez la base de nuestra formación religiosa... Según la Tora (Libro Sagrado Hebreo) y la Biblia, fue Moisés (Mosheh) el primero que de forma directa pregunta el nombre a Dios según se relata en el capítulo 3 del Éxodo (Biblia, Antiguo Testamento).
3:13 "Contestó Moisés a Dios: Si voy a los israelitas y les digo: El Dios de los padres de ustedes me ha enviado a vosotros; cuando me pregunten: ¿Cuál es su nombre?", ¿qué les responderé?"
3:15 Siguió Dios diciendo a Moisés: "Así dirás a los israelitas: Yahveh (YaHWéH - Yod, Hé, Wav, Hé), el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros. Este es mi nombre para siempre, por él seré invocado de generación en generación."

Cuando desarrollamos la segunda frase del “Padre Nuestro” (1ro de Julio): “Santificado sea tu nombre”, eso significa que el Padre Celestial tiene un nombre que hay que conocer y santificar. ¿Y qué quiere decir santificar el nombre de Dios? Ésta es una parte importante de una ciencia muy antigua. Los Iniciados nos enseñan que todo lo que hacemos debe ser puro, luminoso y sagrado para que el nombre de Dios sea santificado toda nuestra vida, en el menor de nuestros actos...
Desarrollo
Para entender mejor la información antes expuesta, me gustaría complementarla con los conocimientos que nos ofrece la Cabala hebrea (aunque desarrollada por el pueblo Judío, es un legado de humanidad), a través de las enseñanzas del Maestro Aivanhov. Pienso que un nombre “solo” no nos  sirve de mucho, amenos que entendamos su verdadera dimensión y significado practico.
Según  la Cábala,  el nombre  de Dios  tiene cuatro  letras  y se  escribe   ה ,ו ,ה ,י.  Yod, Hé, Wav, Hé. Las cuatro letras del nombre de Dios corresponden a  los  cuatro  principios  que  actúan  en  el  hombre:  espíritu,  alma, intelecto y corazón, Yod (י) es el principio masculino creador, la fuerza santa  primordial  que  está  en  el  origen  de  todos  los  movimientos,  el espíritu. La segunda letra, Hé (ה) representa el principio femenino, el alma,  que  absorbe,  conserva,  protege  y  permite  al  principio  creador trabajar en ella. La tercera letra, Wav (ו) representa el hijo, que nace de la  unión  de  los  dos  primeros  principios  masculino  y  femenino,  el padre y la madre. Es  el  primer  hijo  de  esta  unión  y  se  manifiesta  también  como principio activo, pero a otro nivel. El hijo es el intelecto, que camina siguiendo la estela de Yod (י), el padre, el espíritu, y podéis observar, por  otra  parte,  que  Wav  (ו)  es  una  prolongación  de  Yod.  La  letra siguiente,  Hé  (ה), es idéntica a la segunda que, ya os lo dije, es el alma, la madre. Representa el corazón, la hija, que es la repetición de la madre.” Las cuatro letras del nombre de Dios representan, pues: el espíritu (el padre), el alma (la  madre), el intelecto (el  hijo), y el corazón (la hija).

Si el espíritu domina en vosotros, sois como el padre; pero si es el alma, vuestras cualidades son las de la madre. Si es el intelecto el que tiene la preponderancia, sois como el hijo, y si es vuestro corazón, sois semejantes a la hija. Volvemos a encontrar estos cuatro principios en el rostro, porque el rostro del hombre está construido a imagen del rostro de Dios. Los ojos representan Yod, el espíritu, y las orejas, Hé, el  alma.  La  nariz  representa  Wav,  el  intelecto,  y  la  boca,  la  segunda Hé, el corazón.

En resumen, hay, pues, cuatro fuerzas que están en correspondencia:
י Yod, el espíritu, corresponde a los ojos.
ה Hé, el alma, corresponde a las orejas, 
ו Wau, el intelecto, corresponde a la nariz,
ה Hé, el corazón, corresponde a la boca.

Estas  cuatro  fuerzas  representan,  pues,  los  cuatro  sentidos: la vista,  el  oído,  el  olfato  y  el  gusto.  El  quinto  sentido  es  el  tacto,  las manos con las que trabajamos. A las cuatro letras del nombre de Dios se añade, pues, una quinta letra, schin ש, que encontramos en medio del nombre  de Jesús, Iéschoua  ה ,ו,ש ,ה ,י,    y  que  es  el  símbolo  de  la  formación,  de  la  encarnación  de  Dios  en  la  materiaA  través  de Jesús,  el  espíritu,  el  alma,  el  intelecto  y  el  corazón  de  Dios  se encaman en el plano físico para ser visibles y tangibles. Es el Verbo que se hizo carne. Jesús es la encarnación de Dios en la materia; él es quien   da   a   los   cuatro   principios   divinos   la   posibilidad   de manifestarse.  Por  eso  Jesús  es  representado  también  por  los  cinco dedos de la mano, las cinco virtudes: el amor, la sabiduría, la verdad, la justicia y la bondad, características del hombre perfecto.
Jesús es el hijo de Dios descendido a   la   Tierra   para   mostrarnos   cómo debemos    actuar.    Si    nos    quedamos solamente  con  el  espíritu,  el  alma,  el intelecto  y  el  corazón,  sin  manifestarlos en  el  plano  físico,  no  conoceremos  al Señor. Quizá le conozcamos cuando nos vayamos  al  otro  mundo,  pero  ya  será demasiado  tarde,  y  no  nos  servirá  de nada. Es aquí donde debemos conocerlo para  saborear  la  vida  eterna.  Tenemos  un  espíritu,  un  alma,  un intelecto  y  un  corazón,  pero  eso  no  basta:  es  preciso  también manifestar sus cualidades a través del cuerpo físico.

 “El grano de mostaza” Cap. 1. De: Aivanhov Omraam Mikhael

"Yo Soy". De: Alfons Endres