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miércoles, julio 01, 2015

¿Y yo que puedo hacer? - Vivir más y mejor (Clínica Mayo)

 Las 7 estrategias para vivir más y mejor

Especialistas en distintas áreas de la medicina, de la Clínica Mayo, en Estados Unidos, explican cuáles son las siete reglas de oro a la hora de mejorar la calidad y el tiempo de vida.

"El envejecimiento es un proceso inevitable y nada puede garantizar que uno vivirá más y mejor, pero estas consideraciones probablemente ayuden a colocar las piezas en su lugar para que los años que tenemos por delante los vivamos con mayor felicidad y salud", argumenta un equipo de médicos de la Clínica Mayo, en Estados Unidos, tras elaborar una guía sobre cuáles deben ser las prioridades si se busca mejorar la calidad de vida. A continuación, citamos las estrategias que aconsejan tener en cuenta estos expertos para lograrlo:

ESTRATEGIA 1: Mantenerse físicamente activos.
Aún en cantidades moderadas, la actividad física puede ayudar a disfrutar la vida y evitar enfermedades que muchas personas creen erróneamente que sobrevienen con los años. El ejercicio físico no tiene que ser doloroso o agotador para aportar beneficios. Incluso las actividades físicas de una intensidad moderada, tales como las caminatas, la jardinería o cortar el césped, pueden mejorar la salud cuando son realizadas con regularidad.
Las personas que son físicamente activas o que se ejercitan aunque sea 30 minutos por día pueden reducir el riesgo de morir de forma prematura.
Además, la actividad física regular puede ayudar a prevenir o controlar:
* Ataques cardíacos.
* Accidentes cerebrovasculares (ACV).
* Hipertensión arterial.
* Diabetes.
* Osteoporosis.
* Osteoartritis.
* Caídas y quebraduras óseas.
* Algunos tipos de cáncer.
* Depresión y ansiedad.
A algunas personas les cuesta incorporar en sus vidas el ejercicio físico, en especial aquellas que no están en forma o tienen una agenda demasiado cargada, pero no deben olvidarse que -como se dijo- hay muchas actividades que mantienen el cuerpo en movimiento y ayudan a obtener los beneficios sin la necesidad de ir a un gimnasio o salir a correr. El secreto es encontrar la que más se adapta a los gustos y posibilidades de cada uno.

ESTRATEGIA 2: Ejercitar la mente.
Así como la actividad física mantiene el cuerpo fuerte, la actividad mental mantiene el cerebro "despierto" y ágil.
Las personas que continúan aprendiendo y desafiándose a sí mismas -aprendiendo un idioma extranjero, iniciando una nueva carrera, o haciendo palabras cruzadas- pueden fortalecer su memoria. 
Sin importar la edad, un cerebro activo produce nuevas conexiones entre las células nerviosas (neuronas), lo que permite la comunicación entre estas células.
Si bien es cierto que los adultos mayores en general aprenden de forma diferente que los jóvenes y que tienen mayor dificultad para recordar información rápidamente, la vejez no es un tobogán directo hacia la demencia. Numerosos estudios demuestran que las personas mayores pueden -y de hecho logran- aprender nuevas cosas y aprenderlas bien.
Los ejercicios de memoria y técnicas para recordar pueden mejorar la memoria y enriquecer el aprendizaje.
Buscar nuevas oportunidades de aprendizaje, practicar las destrezas ya adquiridas y enfrentar cambios puede ayudar a estar mentalmente en forma, sin importar que edad se tenga.

ESTRATEGIA 3: Hacer de la salud una prioridad.
Por simple que parezca, es una de las mejores y más prácticas elecciones que se pueden hacer para encarar una vida más saludable y larga.
La salud depende en gran medida de la responsabilidad con que cada uno la tome. De muchas maneras, cada día se decide cuán sano uno será. No todas las enfermedades son evitables, por supuesto. Pero se puede disminuir el riesgo de padecer muchas de las más serias, tomando buenas decisiones cada día al:
* Comer alimentos sanos.
* Mantener un peso saludable.
* Recibir cuidado médico regular.
* Tomarse el tiempo para escuchar al propio cuerpo.
Hacer de la salud una prioridad no significa renunciar a las comidas o actividades favoritas ni preocuparse por la salud al punto de dejar de lado otras cuestiones. Se trata de un equilibrio -asegurándose de que ocuparse de la salud sea tan importante como cumplimentar cualquier otra de las responsabilidades-.

ESTRATEGIA 4: No fumar.
Otra de las principales estrategias recomendadas por los expertos para vivir una vida más larga y saludable es no fumar.
Los fumadores simplemente tienen más riesgo de morir antes. Cerca de la mitad de los fumadores morirán por una enfermedad causada por el tabaquismo. El tabaquismo produce más muertes que el Sida, el abuso de drogas, el alcoholismo, los incendios, los accidentes automovilísticos, los homicidios y los suicidios combinados.
Y no sólo los adultos están en riesgo. Los niños expuestos al "humo de segunda mano" (fumadores pasivos) tienen mayor riesgo de desarrollar enfermedades respiratorias, asma e infecciones auditivas. El tabaquismo en mujeres antes y después del nacimiento de su bebé constituye para el recién nacido un factor de riesgo de sufrir muerte súbita.
La buena noticia es que sin importar qué edad se tenga, al dejar de fumar se reduce drásticamente el riesgo de enfermedad. "Nunca es demasiado tarde para parar", explica el doctor Richard Hurt, director del Centro de Dependencia a la Nicotina de la Clínica Mayo.

ESTRATEGIA 5: Invertir en las relaciones humanas más significativas para uno.
Cuando se trata del propio bienestar, no hay que subestimar la importancia de aquellas personas cercanas a uno. Ya sea la pareja, niños o amigos íntimos, las personas que se cuentan como "de la familia" pueden jugar un papel importante en la salud personal.
La fortaleza de las relaciones con la pareja o la familia puede motivar que uno se cuide a uno mismo: comiendo sano, ejercitándose y recibiendo cuidado médico regular.
La pareja y la familia pueden ser además un "amortiguador" frente a los diversos factores de estrés de la vida cotidiana.
Cuando la salud de una persona no está bien, la familia puede ayudar a que se reciba el cuidado médico necesario para controlar la enfermedad con mayor éxito.
Como un jardín, las relaciones familiares requieren atención. No se puede pretender gozar de los beneficios de las relaciones a largo plazo si no se invierte en ellas. No hay una única manera correcta de mantenerse conectado con la familia. Lo importante es hacerlo.

ESTRATEGIA 6: Tomarse tiempo para las cosas que disfruta.
¿Disfruta de la jardinería? ¿Jugar a las cartas? ¿Viajar? ¿Pasar tiempo con sus nietos? Aunque lo sorprenda, estas actividades no sólo aportan disfrute sino que también pueden beneficiar la salud.
La ciencia está empezando a documentar los beneficios para la salud de las actividades recreativas. Un número creciente de estudios sugieren que tomarse tiempo para hacer las cosas que uno disfruta puede ayudar a sentirse mejor con uno mismo y más satisfecho con la vida. Cuando una persona se siente así, es más probable que se ejercite físicamente, coma saludable, obtenga atención médica regular y se mantenga en contacto con amigos y familiares... todos ellos factores que pueden beneficiar física y mentalmente a las personas.
Por eso, ya no resulta sorprendente que tomarse el tiempo para hacer las cosas que a uno le gustan es una de las prescripciones para vivir de manera saludable y por más tiempo.

ESTRATEGIA 7: Mantenerse conectado con la comunidad.
Tanto siendo voluntario por una causa o simplemente teniendo contacto con otras personas, ser parte de un grupo humano puede aportar beneficios físicos y mentales.
Las investigaciones demuestran un vínculo entre la calidad de vida y la participación comunitaria. Es puro sentido común: si uno se siente necesitado y parte de la propia comunidad, seguramente se sentirá mejor consigo mismo y disfrutará más de la vida.
Mantenerse en contacto con los vecinos también puede sumar años de vida. La ciencia ha comenzado a documentar los efectos del apoyo social sobre la salud. Un número creciente de evidencias sugieren que mantenerse en contacto con otros puede jugar un rol importante en la posibilidad de recuperarse de una enfermedad o incluso alargar la vida.
Mantenerse involucrado en la comunidad en la que se habita puede lograrse de distintas maneras, según los gustos de cada persona: siendo voluntario de alguna organización o participando en el coro de la parroquia. Participar en las actividades de la comunidad es mucho más importante que en qué tipo de actividad se participe.

Extraído de: “viva más, viva mejor”
Consejos personales de los expertos de la Clínica Mayo.


Ver también: Salud Hoy (publicado el 25 de Febrero)   y  Salud hoy - ¿Y yo que puedo hacer? (publicado el 2 de marzo).