Las 7
estrategias para vivir más y mejor
Especialistas en distintas
áreas de la medicina, de la Clínica Mayo, en Estados Unidos, explican cuáles
son las siete reglas de oro a la hora de mejorar la calidad y el tiempo de vida.
"El
envejecimiento es un proceso inevitable y nada puede garantizar que uno vivirá
más y mejor, pero estas consideraciones probablemente ayuden a colocar las
piezas en su lugar para que los años que tenemos por delante los vivamos con
mayor felicidad y salud", argumenta un equipo de médicos de la Clínica
Mayo, en Estados Unidos, tras elaborar una guía sobre cuáles deben ser las
prioridades si se busca mejorar la calidad de vida. A continuación, citamos las
estrategias que aconsejan tener en cuenta estos expertos para lograrlo:
ESTRATEGIA
1: Mantenerse físicamente activos.
Aún en
cantidades moderadas, la actividad física puede ayudar a disfrutar la vida y
evitar enfermedades que muchas personas creen erróneamente que sobrevienen con
los años. El ejercicio físico no tiene que ser doloroso o agotador para aportar
beneficios. Incluso las actividades físicas de una intensidad moderada, tales
como las caminatas, la jardinería o cortar el césped, pueden mejorar la salud
cuando son realizadas con regularidad.
Las personas
que son físicamente activas o que se ejercitan aunque sea 30 minutos por día
pueden reducir el riesgo de morir de forma prematura.
Además, la
actividad física regular puede ayudar a prevenir o controlar:
* Ataques
cardíacos.
* Accidentes
cerebrovasculares (ACV).
* Hipertensión
arterial.
* Diabetes.
*
Osteoporosis.
*
Osteoartritis.
* Caídas y
quebraduras óseas.
* Algunos
tipos de cáncer.
* Depresión y
ansiedad.
A algunas
personas les cuesta incorporar en sus vidas el ejercicio físico, en especial
aquellas que no están en forma o tienen una agenda demasiado cargada, pero no
deben olvidarse que -como se dijo- hay muchas actividades que mantienen el
cuerpo en movimiento y ayudan a obtener los beneficios sin la necesidad de ir a
un gimnasio o salir a correr. El secreto es encontrar la que más se adapta a
los gustos y posibilidades de cada uno.
ESTRATEGIA
2: Ejercitar la mente.
Así como la
actividad física mantiene el cuerpo fuerte, la actividad mental mantiene el
cerebro "despierto" y ágil.
Las personas
que continúan aprendiendo y desafiándose a sí mismas -aprendiendo un idioma
extranjero, iniciando una nueva carrera, o haciendo palabras cruzadas- pueden
fortalecer su memoria.
Sin importar
la edad, un cerebro activo produce nuevas conexiones entre las células
nerviosas (neuronas), lo que permite la comunicación entre estas células.
Si bien es
cierto que los adultos mayores en general aprenden de forma diferente que los
jóvenes y que tienen mayor dificultad para recordar información rápidamente, la
vejez no es un tobogán directo hacia la demencia. Numerosos estudios demuestran
que las personas mayores pueden -y de hecho logran- aprender nuevas cosas y
aprenderlas bien.
Los ejercicios
de memoria y técnicas para recordar pueden mejorar la memoria y enriquecer el
aprendizaje.
Buscar nuevas
oportunidades de aprendizaje, practicar las destrezas ya adquiridas y enfrentar
cambios puede ayudar a estar mentalmente en forma, sin importar que edad se
tenga.
ESTRATEGIA
3: Hacer de la salud una prioridad.
Por simple que
parezca, es una de las mejores y más prácticas elecciones que se pueden hacer
para encarar una vida más saludable y larga.
La salud
depende en gran medida de la responsabilidad con que cada uno la tome. De
muchas maneras, cada día se decide cuán sano uno será. No todas las
enfermedades son evitables, por supuesto. Pero se puede disminuir el riesgo de
padecer muchas de las más serias, tomando buenas decisiones cada día al:
* Comer
alimentos sanos.
* Mantener un
peso saludable.
* Recibir
cuidado médico regular.
* Tomarse el
tiempo para escuchar al propio cuerpo.
Hacer de la
salud una prioridad no significa renunciar a las comidas o actividades
favoritas ni preocuparse por la salud al punto de dejar de lado otras
cuestiones. Se trata de un equilibrio -asegurándose de que ocuparse de la salud
sea tan importante como cumplimentar cualquier otra de las responsabilidades-.
ESTRATEGIA
4: No fumar.
Otra de las
principales estrategias recomendadas por los expertos para vivir una vida más
larga y saludable es no fumar.
Los fumadores
simplemente tienen más riesgo de morir antes. Cerca de la mitad de los fumadores
morirán por una enfermedad causada por el tabaquismo. El tabaquismo produce más
muertes que el Sida, el abuso de drogas, el alcoholismo, los incendios, los
accidentes automovilísticos, los homicidios y los suicidios combinados.
Y no sólo los
adultos están en riesgo. Los niños expuestos al "humo de segunda
mano" (fumadores pasivos) tienen mayor riesgo de desarrollar enfermedades
respiratorias, asma e infecciones auditivas. El tabaquismo en mujeres antes y
después del nacimiento de su bebé constituye para el recién nacido un factor de
riesgo de sufrir muerte súbita.
La buena
noticia es que sin importar qué edad se tenga, al dejar de fumar se reduce
drásticamente el riesgo de enfermedad. "Nunca es demasiado tarde para
parar", explica el doctor Richard Hurt, director del Centro de Dependencia
a la Nicotina de la Clínica Mayo.
ESTRATEGIA
5: Invertir en las relaciones humanas más significativas para uno.
Cuando se
trata del propio bienestar, no hay que subestimar la importancia de aquellas
personas cercanas a uno. Ya sea la pareja, niños o amigos íntimos, las personas
que se cuentan como "de la familia" pueden jugar un papel importante
en la salud personal.
La fortaleza
de las relaciones con la pareja o la familia puede motivar que uno se cuide a
uno mismo: comiendo sano, ejercitándose y recibiendo cuidado médico regular.
La pareja y la
familia pueden ser además un "amortiguador" frente a los diversos
factores de estrés de la vida cotidiana.
Cuando la
salud de una persona no está bien, la familia puede ayudar a que se reciba el
cuidado médico necesario para controlar la enfermedad con mayor éxito.
Como un
jardín, las relaciones familiares requieren atención. No se puede pretender
gozar de los beneficios de las relaciones a largo plazo si no se invierte en
ellas. No hay una única manera correcta de mantenerse conectado con la familia.
Lo importante es hacerlo.
ESTRATEGIA
6: Tomarse tiempo para las cosas que disfruta.
¿Disfruta de
la jardinería? ¿Jugar a las cartas? ¿Viajar? ¿Pasar tiempo con sus nietos?
Aunque lo sorprenda, estas actividades no sólo aportan disfrute sino que
también pueden beneficiar la salud.
La ciencia
está empezando a documentar los beneficios para la salud de las actividades recreativas.
Un número creciente de estudios sugieren que tomarse tiempo para hacer las
cosas que uno disfruta puede ayudar a sentirse mejor con uno mismo y más
satisfecho con la vida. Cuando una persona se siente así, es más probable que
se ejercite físicamente, coma saludable, obtenga atención médica regular y se
mantenga en contacto con amigos y familiares... todos ellos factores que pueden
beneficiar física y mentalmente a las personas.
Por eso, ya no
resulta sorprendente que tomarse el tiempo para hacer las cosas que a uno le
gustan es una de las prescripciones para vivir de manera saludable y por más
tiempo.
ESTRATEGIA
7: Mantenerse conectado con la comunidad.
Tanto siendo
voluntario por una causa o simplemente teniendo contacto con otras personas,
ser parte de un grupo humano puede aportar beneficios físicos y mentales.
Las
investigaciones demuestran un vínculo entre la calidad de vida y la
participación comunitaria. Es puro sentido común: si uno se siente necesitado y
parte de la propia comunidad, seguramente se sentirá mejor consigo mismo y
disfrutará más de la vida.
Mantenerse en
contacto con los vecinos también puede sumar años de vida. La ciencia ha
comenzado a documentar los efectos del apoyo social sobre la salud. Un número
creciente de evidencias sugieren que mantenerse en contacto con otros puede
jugar un rol importante en la posibilidad de recuperarse de una enfermedad o
incluso alargar la vida.
Mantenerse
involucrado en la comunidad en la que se habita puede lograrse de distintas
maneras, según los gustos de cada persona: siendo voluntario de alguna
organización o participando en el coro de la parroquia. Participar en las
actividades de la comunidad es mucho más importante que en qué tipo de
actividad se participe.
Extraído de: “viva más, viva mejor”
Consejos personales de los
expertos de la Clínica Mayo.
Ver también: Salud Hoy (publicado el 25 de Febrero) y Salud hoy - ¿Y yo que puedo hacer? (publicado el 2
de marzo).