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Responsable: Dr. Alfons Endres. Email: alfonsendres10@gmail.com y alfons_endres@hotmail.com Teléfono: (+58)04128620515 Todos los temas aquí expuestos son de mi autoría, a menos que se especifique lo contrario.

lunes, marzo 02, 2015

ESTRÉS


Según el diccionario enciclopédico de Encarta, Estrés o Stress, (Del ingl. stress). en medicina: proceso físico, químico o emocional productor de una tensión que puede llevar a la enfermedad física. Una eminente autoridad en estrés, el médico canadiense Hans Seyle, identificó tres etapas en la respuesta del estrés. En la primera etapa: alarma, el cuerpo reconoce el estrés y se prepara para la acción, ya sea de agresión o de fuga. Las glándulas endocrinas liberan hormonas que aumentan los latidos del corazón y el ritmo respiratorio, elevan el nivel de azúcar en la sangre, incrementan la transpiración, dilatan las pupilas y hacen más lenta la digestión. En la segunda etapa: resistencia, el cuerpo repara cualquier daño causado por la reacción de alarma. Sin embargo, si el estrés continúa, el cuerpo permanece alerta y no puede reparar los daños. Si continúa la resistencia se inicia la tercera etapa: agotamiento, cuya consecuencia puede ser una alteración producida por el estrés. La exposición prolongada al estrés agota las reservas de energía del cuerpo y puede llevar en situaciones muy extremas incluso a la muerte.
Quise comenzar con la definición, porque siento que a pesar de ser una de las palabras más usadas en los tiempos modernos, también es una de las menos conocidas.  Los portadores de este mal cada vez son más. Parece un fantasma, sirve para justificar cualquier síntoma y a continuación  como no sabemos qué significa se deja así y todo sigue igual.
Es un justificativo muy irresponsable. Me explico: en traumatología o neurocirugía nos llega un paciente con dolor lumbar y si después de ver las resonancias  descubrimos una hernia discal, se le explica al paciente su situación y tanto el médico como el paciente quedan satisfechos porque tienen algo “objetivo” en las manos.  Ahora, con el estrés la situación se torna incomoda, mientras que con la hernia sabemos qué hacer, al estrés  no sabemos por donde agarrarlo. Pero el paciente está muy bien educado, tu le dices: el motivo de su padecimiento es el estrés y el responde: ¿a sí? me lo imaginaba... se le manda algún calmante y ya... es el estrés, es el estrés, es el estrés...
Lo primero que debemos hacer es traducir la palabra estrés porque con el apuro no nos ha dado tiempo de traducirla del inglés al español.  Su origen está en la voz inglesa ‘violencia’,  ‘esfuerzo’ y es un término prestado de la ingeniería mecánica, se refiere a la tensión y fatiga que surge en los materiales por el esfuerzo y la fuerza a la que se someten. La tensión lleva a la fatiga y la fatiga a la ruptura... de esto no hay material que se salve, si los vectores de fuerza no están bien equilibrados o distribuidos entonces la fatiga y posterior ruptura es inminente.
Recordando la definición que nos da el diccionario y comparándola con el análisis etimológico-mecánico que acabamos de hacer, es inevitable sentirnos: un mecanismo muy vulnerable. Ahora bien, si identificamos nuestras causas de tensión, las podremos canalizar y equilibrar adecuadamente y así no caer en estrés.
La tensión en el hombre actual se da en los siguientes aspectos psicológicos: en primer lugar podríamos dejar los mecánicos: violencia y el esfuerzo. La violencia es un síntoma cada vez más normal en la sociedad actual... la vivimos en nosotros y nos tiene rodeados (rabia, ira, rencor, cólera, impotencia...). El esfuerzo, no solo lo vivimos en el esfuerzo físico que realizamos en el día a día, sino también en el esfuerzo emocional que implica mantener el porte (las apariencias), el puesto de trabajo, la responsabilidad...; En segundo lugar y no menos importante: miedo, angustia, ansiedad, tristeza,  obsesión, preocupación, melancolía... Claro, el estrés no es un psiquismo-sentimiento-emoción único o puro, esta compuesto por uno o más elementos psico-emotivo-sentimentales. De ahí la importancia de identificar sus componentes para poder trabajarlos. 
Una vez identificados los componentes, debemos identificar su origen: ¿conoce o identifica el origen de su miedo, rabia y preocupación? supongamos que el paciente los ha identificado  como el motivo de su estrés. El miedo es por esto...  la   rabia es  por esto... y  la preocupación es por esto... a seguir, tenemos que plantearnos los cambios pertinentes en nuestro estilo de vida para disolver el origen del estrés. ¡Muy importante! ¿estamos dispuestos a cambiar? o preferimos drogarnos (legalmente, con pastillas que nos manda el doctor), enmascarar los síntomas, hacernos dependientes y pensar que todo está bien?
Creo que vale la pena sincerarnos y analizar lo antes expuesto, esté o no de acuerdo. Es una realidad cada vez mas frecuente, es más, me atrevo a denominarlo ya como un “estilo de vida” por su alta incidencia, incluso hay algunos que piensan que para tener éxito es necesario una cuota de estrés...  recuerden lo que nos decían nuestros abuelitos: el que juega con fuego se quema.